Las autoridades de Sonora tienen los reflectores encima luego de que se diera a conocer una supuesta amenaza dirigida a tres populares músicos de la escena regional mexicana: Natanael Cano, Tito Torbellino Jr. y Javier Rosas. ¿La razón? Un mensaje en narcomantas que apareció cerca de una escuela preparatoria, generando preocupación y encendiendo las alarmas de seguridad en el estado.
El titular de la Fiscalía General de Justicia del Estado, Gustavo Rómulo Salas Chávez, confirmó que ya se abrió una carpeta de investigación y que los tres artistas cuentan con medidas cautelares para su protección. “Se han dictado las medidas de protección que en derecho proceda y estaremos pendientes de que se cumplan”, comentó Salas, dejando en claro que habrá un seguimiento cercano por parte de las fuerzas de seguridad pública para evitar que se presente alguna agresión.
El contenido de las narcomantas no solo advertía a los músicos, sino que también lanzaba un mensaje a grupos locales en ciudades como Hermosillo, Guaymas, Obregón y Navojoa, zonas clave del estado de Sonora.
Aunque no se ha revelado quién está detrás de estas amenazas, lo que sí queda claro es que la música regional mexicana, especialmente los narcocorridos y corridos tumbados, sigue siendo un tema controversial en ciertas zonas del país. Para los fans de estos géneros, la noticia genera inquietud, pero también refleja cómo la música, que suele contar historias sobre la vida en el norte de México, no está exenta de los riesgos del contexto en el que se inspira.
Por ahora, tanto Natanael Cano como Tito Torbellino Jr. y Javier Rosas no han hecho declaraciones públicas al respecto. Sin embargo, los ojos están puestos en ellos y en cualquier movimiento que hagan, tanto en los escenarios como fuera de ellos.
Mientras tanto, la investigación continúa, y la pregunta que queda en el aire es: ¿hasta dónde puede llegar la conexión entre la música y las dinámicas de poder que existen en ciertas regiones del país?
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