La salud mental no es exclusiva de los humanos; los perros también pueden experimentar ansiedad y depresión como respuesta a cambios en su entorno, rutinas o dinámicas sociales. Estos problemas pueden surgir debido a mudanzas, pérdidas de seres queridos (humanos o animales), falta de actividad, o incluso traumas pasados. Los expertos destacan que los síntomas incluyen pérdida de interés en jugar, disminución del apetito,
comportamientos destructivos, vocalización inusual, o, en casos extremos, aislamiento social.
Además, los cambios estacionales y la falta de estimulación mental y física también influyen en el bienestar emocional de los perros. El aburrimiento prolongado puede provocar problemas de comportamiento y un aparente "estado depresivo".
Para ayudarlos, los especialistas recomiendan establecer rutinas estables, incluir tiempo de juego, promover actividades al aire libre y reforzar el vínculo afectivo con la mascota. En casos más graves, acudir a un veterinario o a un especialista en comportamiento animal es clave para garantizar su recuperación.
Estas medidas no solo mejoran el estado emocional de los perros, sino que también fortalecen la relación con sus dueños, asegurando una convivencia más saludable y feliz.
Comments