Aumentan nuevamente las probabilidades de colisión del cometa YR4
- guizarnoehmi
- 19 feb
- 2 Min. de lectura

Desde diciembre de 2024, los astrónomos han estado siguiendo de cerca al asteroide 2024 YR4, un objeto espacial con capacidad para arrasar una ciudad entera. Descubierto gracias al telescopio ATLAS, este cuerpo rocoso se coló de inmediato en la cima de la tabla de riesgo de colisión de la NASA, al no poder descartarse por completo un posible impacto con la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Desde entonces, agencias espaciales y telescopios de todo el mundo han estado monitoreándolo sin descanso, mientras su probabilidad de colisión ha fluctuado en las últimas semanas.
Al inicio, la posibilidad de impacto era de 1 en 83, pero luego pasó a 1 en 53, después a 1 en 42 y, en la última actualización, subió a un 3.1%, lo que significa una probabilidad de 1 en 32, la más alta registrada hasta el momento. Este dato es significativo, ya que el asteroide ha alcanzado una calificación de 3 en la Escala de Turín, un sistema utilizado para medir el peligro de los objetos cercanos a la Tierra. Para recibir esa puntuación, un objeto debe superar los 20 metros de diámetro y tener más del 1% de probabilidad de impacto. Con sus 54 metros de diámetro y una trayectoria incierta, 2024 YR4 cumple con ambos requisitos.
Actualmente, el asteroide se encuentra a unos 80 millones de kilómetros de la Tierra y continúa alejándose. En pocas semanas, pasará detrás del Sol, lo que hará imposible rastrearlo con la mayoría de los telescopios terrestres. No será hasta 2028, cuando complete una nueva órbita, que podrá ser observado nuevamente desde nuestro planeta. Mientras tanto, el telescopio espacial James Webb será el único capaz de estudiarlo hasta principios de mayo, antes de que desaparezca de nuestro campo de visión.

Pero, ¿deberíamos preocuparnos? No todavía. Aunque la probabilidad de impacto ha ido en aumento, esto no significa que el asteroide se dirija inevitablemente hacia la Tierra. Los científicos esperan que con más observaciones puedan refinar su órbita y reducir las probabilidades hasta llegar a cero. Sin embargo, esta no es la única fecha de riesgo. De acuerdo con los cálculos actuales, existen al menos siete posibles colisiones entre 2032 y 2079. Aunque la incertidumbre persiste, la comunidad científica se mantiene atenta, afinando modelos y monitoreando cada movimiento de 2024 YR4 con la esperanza de descartar cualquier escenario catastrófico en el futuro.
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