El Clásico Nacional prometía ser una batalla de alto voltaje, pero terminó siendo un duelo sin chispa. Chivas y América jugaron con la mente puesta en el partido del próximo miércoles por la Concachampions, lo que se reflejó en los onces iniciales y en la intensidad del encuentro. Con una rotación evidente en ambas escuadras, el partido de la Jornada 11 de la Liga MX se saldó con un empate sin goles que dejó más frustración que espectáculo en el Estadio Akron.
A pesar de la falta de emociones en el marcador, el encuentro tuvo momentos clave. Chivas dio el primer aviso antes del minuto 5 con un trazo largo de Yael Padilla para Javier “Chicharito” Hernández, quien no alcanzó a tocar la pelota en su intento por anticiparse a Rodolfo Cota. El rebote quedó vivo para Roberto Alvarado, pero su disparo careció de potencia y el arquero alcanzó a reaccionar para evitar el gol. Minutos más tarde, el "Piojo" Alvarado se quedó a centímetros de abrir el marcador con un intento de gol olímpico que impactó el travesaño tras un leve desvío de Cota.
Chicharito volvió a tener otra oportunidad clara en un mano a mano con el arquero azulcrema, pero nuevamente Cota achicó con maestría y evitó la caída de su marco. América, por su parte, generó peligro hasta el minuto 43 con una jugada a balón parado: Diego Valdés cobró un tiro libre al segundo poste, donde Rodrigo Aguirre apareció sin marca, pero su disparo salió por encima del arco.
El complemento tuvo pocas emociones. América insistió con otro tiro libre de Valdés al 52’ que encontró la cabeza de Néstor Araujo, pero Raúl Rangel voló para mantener el cero en su portería. Chivas respondió con una jugada colectiva entre Alan Mozo, Alvarado y Hernández, pero el "Chicharito" volvió a fallar al definir.
El punto de quiebre llegó al 69’, cuando Cade Cowell entró de cambio y solo tres minutos después vio la tarjeta roja por una dura entrada sobre Rodrigo Aguirre. Con un hombre más en el campo por más de media hora, América tuvo una última oportunidad en tiempo de compensación con un remate de cabeza de Israel Reyes que llevaba dirección de gol, pero nuevamente Rangel apareció para desviar el balón al travesaño y salvar a Chivas.
El partido terminó con tensión extra cuando el auxiliar americanista Paulo Victor mandó un pelotazo que impactó en el técnico de Chivas, Gerardo Espinoza. La acción desató un conato de bronca entre ambas bancas, lo que derivó en la expulsión del estratega rojiblanco y del auxiliar azulcrema.
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