Pavel Durov, el fundador y CEO de Telegram, fue arrestado el sábado por la noche en el aeropuerto de Bourget, cerca de París, mientras viajaba en su jet privado.
La detención se produjo en el marco de una investigación preliminar en Francia, centrada en la falta de moderación en la plataforma de mensajería. Según las autoridades, esta carencia facilita la actividad criminal dentro de la aplicación.
El arresto de Durov ha generado preocupación en la comunidad tecnológica y entre los defensores de la libertad en internet. Telegram, con cerca de mil millones de usuarios, es conocida por su enfoque en la privacidad y el cifrado, lo que la ha hecho popular pero también polémica.
Este caso plantea importantes cuestiones sobre cómo equilibrar la libertad de expresión con la necesidad de moderar el contenido en línea. La situación podría tener un impacto significativo en la política de moderación de contenidos y en la operación de plataformas similares a nivel mundial.
Elon Musk también ha hecho comentarios irónicos sobre el asunto en su cuenta de X.com. La resolución del caso de Durov será observada de cerca por su posible impacto en el futuro de Telegram y en el panorama de las comunicaciones digitales.
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