Don Neto, el último capo del Cártel de Guadalajara, queda libre a los 95 años
- guizarnoehmi
- 10 abr
- 3 Min. de lectura

Ernesto Fonseca Carrillo, mejor conocido como Don Neto, volvió a ser un hombre “libre” este fin de semana. Pero a los 95 años, después de pasar casi cuatro décadas encerrado, la libertad ya no tiene la misma forma que en los ochenta, cuando lideraba el crimen organizado desde lujosas mansiones en Jalisco. Ahora, sigue en la misma casa de Atizapán donde ha vivido desde 2016, cuando obtuvo el beneficio del arresto domiciliario por motivos de salud. Solo que esta vez, sin custodia oficial. Su condena, marcada por uno de los asesinatos más infames de la historia del narcotráfico, ha llegado a su fin.
Para entender quién es Don Neto hay que remontarse a una época donde los capos aún no eran celebridades de narcocorridos ni estrellas de Netflix, pero ya estaban escribiendo una historia brutal que cambiaría a México para siempre. Fonseca Carrillo fue uno de los tres fundadores del Cártel de Guadalajara, junto a Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo. Un tridente que puso las bases del narco moderno, que transformó el negocio del tráfico de drogas desde los inicios artesanales de la marihuana y la heroína hasta los grandes vuelos cargados de cocaína rumbo a Estados Unidos.
Don Neto nació en Badiraguato, Sinaloa, cuna de varios jefes narcos. Fue parte de la vieja escuela, de aquellos que iniciaron con Pedro Avilés, el León de la Sierra, pionero del tráfico de droga en México. Pero a diferencia de sus predecesores, Fonseca y su generación entendieron que el negocio tenía que evolucionar. Se mudó a Guadalajara en los 70, una ciudad que les ofrecía más conectividad, más anonimato, y más oportunidades para lavar dinero y construir imperios lejos del monte. Desde ahí, tejieron alianzas internacionales con los grandes carteles de Colombia como el de Cali o el de Medellín de Pablo Escobar. Los colombianos producían la cocaína; los mexicanos la movían. Así funcionaba la logística.
Durante años, el Cártel de Guadalajara operó con una red de protección tejida con millones de dólares en sobornos a políticos, policías y altos mandos. En ese ecosistema de impunidad fue posible la siembra de la finca de El Búfalo, donde Caro Quintero plantó unas ocho mil toneladas de marihuana. Aquello fue posible gracias a la genética que él mismo impulsó: plantas hembra, más potentes, más discretas. Pero esa cosecha se convirtió también en la sentencia de muerte del agente de la DEA, Enrique "Kiki" Camarena, quien logró infiltrarse en el cartel y tomar pruebas de la operación. Las fotos llevaron al Ejército a quemar el sembradío en noviembre de 1984. Meses después, en febrero de 1985, Camarena fue secuestrado, torturado y asesinado junto al piloto mexicano Alfredo Zavala. El crimen desató una presión internacional sin precedentes.
Fonseca fue arrestado poco después, en abril de ese mismo año, mientras descansaba en una mansión frente al mar en Puerto Vallarta. Tenía 55 años, ya era un veterano del narco, y no se resistió. Pasó el resto de su vida entre rejas, primero en prisiones de máxima seguridad y luego, tras deteriorarse su salud, en su casa bajo vigilancia.
La imagen de Don Neto ha cambiado con el tiempo. En los ochentas, se le veía con grandes gafas oscuras, cabello rizado casi afro, y una sonrisa que contrastaba con el símbolo de paz que hacía con la mano, en uno de los retratos más emblemáticos de esa época. Para 2016, cuando obtuvo el arresto domiciliario, ya no quedaba mucho de ese personaje. Los años lo habían alcanzado: más robusto, con el rostro apagado y el cabello rasurado. La pose altiva se había convertido en un gesto serio y los lentes ahora eran para ver, no para impresionar.
Hoy, Don Neto es el único de los tres fundadores del Cártel de Guadalajara que sigue con vida y en libertad. Caro Quintero fue recapturado en 2022, y Félix Gallardo permanece preso y en mal estado de salud. Fonseca Carrillo, por su parte, vive sus últimos años en una residencia del Estado de México, lejos del poder, los lujos y las sombras que marcaron su nombre en la historia del narco.
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