El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, no se ha mordido la lengua al pronunciarse sobre los recientes y trágicos acontecimientos en el país. Después del atropello masivo en Nueva Orleans durante las celebraciones de Año Nuevo y la explosión de un camión junto al Trump International Hotel de Las Vegas, Trump aseguró que estos sucesos son reflejo de una mala gestión por parte del actual mandatario, Joe Biden.
"Nuestro país es un desastre. Somos el hazmerreír del mundo", sentenció Trump en un discurso que rápidamente encendió las redes sociales. Sin pelos en la lengua, apuntó directamente a instituciones como el Departamento de Justicia y el FBI, acusándolos de no hacer su trabajo. Para él, las autoridades han dejado de proteger a los ciudadanos para enfocarse en atacarlo por intereses políticos.
Las declaraciones de Trump llegan en un momento crítico. En Nueva Orleans, el atropello masivo dejó un saldo de 15 muertos y decenas de heridos, mientras que en Las Vegas, una explosión intencionada cobró la vida de una persona. Ambos ataques están siendo investigados como actos terroristas, y las autoridades buscan determinar si existe alguna conexión entre ellos.
En su discurso, Trump también retomó su discurso contra las "fronteras abiertas", argumentando que la seguridad del país se ha visto comprometida por políticas que calificó de débiles. “Sólo un líder fuerte y poderoso puede detener esta espiral”, afirmó, emplazando a los estadounidenses a esperar un cambio drástico cuando asuma su segundo mandato el próximo 20 de enero.
Sus palabras polarizan, como siempre. Para algunos, Trump representa una voz firme en un momento de crisis. Para otros, es un recordatorio de las tensiones y divisiones que atraviesan Estados Unidos. Mientras tanto, el país sigue en alerta y esperando respuestas claras de las investigaciones en curso. ¿Será este el inicio de un cambio significativo en la política de seguridad estadounidense? La respuesta podría llegar en cuestión de semanas.
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