El dulce secreto del corazón: el órgano que también puede saborear
- guizarnoehmi
- 26 feb
- 2 Min. de lectura

Si pensabas que el corazón solo latía sin cuestionar lo que pasa a su alrededor, un reciente hallazgo de la Universidad Loyola de Chicago está aquí para hacerte cambiar de opinión. Científicos descubrieron que este órgano, además de ser el motor de nuestro cuerpo, también es un sofisticado sensor capaz de percibir sabores, específicamente el dulce.
Sí, leíste bien. El corazón no solo bombea sangre, también "prueba" lo que comes. Los investigadores identificaron la presencia de los receptores TAS1R2 y TAS1R3, los mismos encargados de detectar el sabor dulce en la lengua, pero ubicados en las células del músculo cardíaco. Y lo más impactante es que su estimulación puede modificar directamente el ritmo de los latidos.
Este descubrimiento abre una nueva perspectiva en la fisiología del corazón, sugiriendo que este órgano reacciona de manera más inmediata a lo que ingerimos de lo que pensábamos. Se ha observado que cuando los niveles de azúcar en sangre aumentan, estos receptores pueden activarse, provocando cambios en la frecuencia cardíaca sin necesidad de una respuesta neuronal intermedia. Esto implica que lo que comemos tiene un impacto directo en cómo late nuestro corazón, una conexión que podría ser clave en el estudio de enfermedades cardiovasculares.
Y ahí es donde entra en juego una preocupación importante: los edulcorantes artificiales. El estudio reveló que estos receptores están presentes en mayor cantidad en los corazones de pacientes con insuficiencia cardíaca, lo que podría indicar que su estimulación está relacionada con el desarrollo o la progresión de esta enfermedad. Específicamente, compuestos como el aspartamo podrían estar implicados en la aparición de arritmias al sobre estimular estos receptores en el corazón, afectando su equilibrio y funcionamiento normal.

Micah Yoder, uno de los investigadores del estudio, explicó que en condiciones de insuficiencia cardíaca, el corazón cambia su metabolismo para priorizar el uso de glucosa como fuente de energía, lo que podría explicar la mayor presencia de estos receptores. En este contexto, el consumo excesivo de edulcorantes podría estar contribuyendo a la desregulación cardíaca, una hipótesis que los científicos esperan seguir explorando a fondo.
Aunque los edulcorantes artificiales han sido promovidos como alternativas "saludables" al azúcar, este estudio sugiere que su impacto en el corazón aún no se comprende del todo. Si bien no hay conclusiones definitivas, la idea de que el corazón pueda "saborear" lo que consumimos abre un nuevo panorama en la investigación cardiovascular.
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