Entra en vigor la prohibición de comida chatarra en las escuelas Mexicanas
- guizarnoehmi
- 31 mar
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Desde este sábado, las tienditas escolares en México enfrentarán un cambio radical: la venta de comida chatarra está oficialmente prohibida en todas las escuelas del Sistema Educativo Nacional. Esto significa que los estudiantes ya no podrán comprar papas, refrescos, dulces ni cualquier otro producto con alto contenido de azúcar, grasa o sodio dentro de sus planteles. Con esta medida, el gobierno busca mejorar la alimentación infantil y fomentar estilos de vida saludables entre los alumnos de todos los niveles educativos.
El responsable de implementar este cambio es el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Mario Delgado, quien convocó a las autoridades educativas y al personal docente a asegurarse de que las nuevas reglas sean respetadas. La estrategia se basa en cuatro pilares: eliminar la venta de ultraprocesados en escuelas, promover el consumo de agua natural, capacitar en nutrición saludable a quienes manejan las cooperativas escolares y fomentar el deporte y las buenas prácticas alimenticias. De acuerdo con Delgado, la medida será obligatoria para todas las escuelas de nivel básico, medio superior y superior a partir del 29 de marzo de 2025.
La decisión no es casualidad. Según cifras de la Secretaría de Salud, hasta hace poco en el 98 % de las escuelas se vendía comida de baja calidad nutricional, el 95 % ofrecía bebidas azucaradas y en casi 8 de cada 10 se comercializaban refrescos. Además, la organización El Poder del Consumidor advierte que en los últimos 30 años, el sobrepeso y la obesidad infantil han aumentado un 120 % en México. La situación es alarmante, y el gobierno ha decidido tomar cartas en el asunto con esta regulación publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) desde el 30 de septiembre pasado.
Las reacciones no se han hecho esperar. Mientras algunos celebran la medida como un paso importante hacia una generación más sana, otros cuestionan qué tan efectiva será en la práctica. Muchos estudiantes podrán seguir llevando productos chatarra desde casa o conseguirlos fuera de la escuela, lo que podría restarle impacto a la regulación. Sin embargo, lo que es seguro es que el panorama en las escuelas cambiará drásticamente. El reto ahora es ver si este nuevo reglamento realmente logra modificar los hábitos alimenticios de los estudiantes y, con ello, mejorar su salud a largo plazo.
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