Game Over o Reinicio: Las tres carreras universitarias que ya no se recomienda estudiar según la IA
- guizarnoehmi
- 27 feb
- 2 Min. de lectura

La inteligencia artificial ya no es un concepto futurista; es una realidad que avanza a pasos agigantados y que está transformando el mundo laboral como lo conocemos. Desde asistentes virtuales hasta algoritmos que pueden analizar datos en segundos, su impacto es innegable. Pero mientras algunos la ven como una herramienta revolucionaria, otros se preguntan si está dejando a ciertas profesiones en peligro de extinción.
Tres sectores, en particular, han sentido con fuerza el golpe de la automatización. El primero es el de la administración, donde las tareas repetitivas y burocráticas están siendo absorbidas por software cada vez más eficiente. Antes, un equipo entero se encargaba de organizar bases de datos, gestionar documentación y coordinar procesos administrativos. Ahora, un solo sistema con inteligencia artificial puede hacerlo en tiempo récord. Esto no significa que los administradores desaparezcan, pero sí que aquellos que no dominen herramientas digitales y análisis de datos podrían quedar rezagados.
El ámbito legal también se enfrenta a una revolución. Los abogados ya no son los únicos con la capacidad de analizar casos y redactar documentos; la IA ha demostrado que puede hacerlo con mayor rapidez y precisión. Aunque la abogacía no desaparecerá, quienes se queden en el ejercicio tradicional del derecho verán cada vez menos oportunidades. La especialización en áreas como derecho tecnológico y ciberseguridad es el camino para seguir siendo relevantes en un mundo donde los contratos se firman con un clic y las disputas se resuelven con algoritmos.

El periodismo, por su parte, atraviesa una metamorfosis que lo obliga a reinventarse. La digitalización de los medios y la llegada de contenido generado por IA han cambiado las reglas del juego. Los formatos tradicionales pierden fuerza frente al periodismo de datos y la inmediatez de las redes sociales. Ser solo un redactor ya no es suficiente; ahora es necesario entender el comportamiento de las audiencias, manejar herramientas de análisis y ofrecer algo que las máquinas no pueden: contexto, criterio y profundidad.
La inteligencia artificial no viene a eliminar profesiones, sino a transformarlas. La clave está en la adaptación, en la capacidad de aprender nuevas habilidades y encontrar nichos donde la creatividad y la intuición humana sigan siendo irremplazables. No se trata de un final, sino de un reinicio. En este nuevo escenario, quienes se mantengan en constante aprendizaje serán los que realmente logren sobrevivir.
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