Hungría aprueba ley anti-LGBTQ+ y desata protestas masivas en Budapest
- guizarnoehmi
- 19 mar
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Las calles de Budapest se encendieron en una manifestación multitudinaria luego de que el Parlamento húngaro aprobara una nueva ley que prohíbe los eventos del Orgullo LGBTQ+ y autoriza el uso de software de reconocimiento facial para identificar a los asistentes. La medida, impulsada por el gobierno ultranacionalista de Viktor Orbán, se aprobó con 136 votos a favor y 27 en contra, consolidando un nuevo golpe a los derechos de la comunidad LGBTQ+ en el país.
El descontento estalló inmediatamente. Frente al Parlamento, una ola de manifestantes entonó consignas antigubernamentales y, en un acto de resistencia, bloquearon el puente Margarita sobre el río Danubio, desafiando las órdenes de la policía. Al interior del recinto legislativo, la oposición hizo lo propio con una protesta simbólica lanzando bombas de humo con los colores del arcoíris. La tensión se siente en el aire y las comparaciones con las restricciones impuestas en Rusia no se hicieron esperar.
"Es bastante aterrador, para ser sincero", dijo Evgeny Belyakov, un ciudadano ruso que emigró a Hungría huyendo de la represión en su país. "Esto es exactamente lo que vivió Rusia, fue escalando poco a poco, y siento que lo mismo está pasando aquí". Sus palabras reflejan el temor de muchos: que este sea solo otro paso hacia un modelo de gobierno cada vez más autoritario.
El nuevo marco legal modifica la ley húngara sobre reuniones, criminalizando la asistencia a eventos que "promuevan la homosexualidad" y castigando con multas de hasta 200.000 florines húngaros (aproximadamente 546 dólares) a quienes violen la normativa. El pretexto del gobierno: la "protección de la infancia". Para muchos, sin embargo, esto no es más que una estrategia para silenciar voces disidentes.

Los organizadores del Orgullo de Budapest fueron contundentes. "Esto no es protección infantil, esto es fascismo", expresaron en un comunicado, denunciando que el gobierno de Orbán está usando a la comunidad LGBTQ+ como chivo expiatorio para desviar la atención de otros problemas políticos. Lejos de desanimarse, aseguran que la indignación ha despertado a miles de personas que antes permanecían al margen. "Hasta ahora no había ido al Orgullo, no me importaba, pero este año estaré allí y llevaré a mi familia", relataron algunos ciudadanos en redes sociales.
El panorama en Hungría se torna cada vez más complejo. Orbán, un aliado declarado de Vladimir Putin y Donald Trump, refuerza su agenda ultraconservadora en un momento en el que la comunidad internacional observa con preocupación el retroceso de derechos en el país. Mientras tanto, en las calles de Budapest, el clamor de la resistencia sigue resonando.
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