Madres buscadoras alzan la voz en Veracruz

El dolor de una madre que busca a su hijo no se puede medir, pero sí se puede escuchar. Se escuchó en las calles de Veracruz, en los gritos de justicia, en el crujir de las pancartas que llevaban los rostros de quienes siguen sin volver a casa. Una vez más, las madres buscadoras tomaron el espacio público para recordar que la ausencia duele, pesa y exige respuestas.

Con el alma marcada por la incertidumbre, el Colectivo Solecito lideró una marcha que partió desde el tranvía y avanzó hasta el zócalo de la ciudad. Entre consignas y miradas llenas de determinación, cada paso resonó como un llamado desesperado a la justicia. “¡Presente, ahora y siempre!” gritaron con fuerza, negándose a dejar que sus seres queridos sean solo nombres en una lista.

Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, el colectivo Justicia y Dignidad Veracruz llevó a cabo una vigilia en el asta bandera del bulevar Manuel Ávila Camacho. Las luces de las veladoras iluminaron las imágenes de los desaparecidos, creando un altar improvisado que parecía desafiar la oscuridad del olvido. Ahí, el silencio también habló. En cada llama encendida, en cada fotografía sostenida con ternura y rabia, quedó claro que la lucha por encontrarlos no se detendrá.

Las calles de Veracruz fueron testigos de un clamor que se repite, pero que no pierde fuerza. Estas madres, hermanas, hijas y esposas no solo buscan cuerpos, buscan respuestas, buscan verdad, buscan paz. Pero sobre todo, buscan justicia. Y hasta que la encuentren, seguirán marchando, gritando y encendiendo velas, porque el amor de una madre no se apaga, ni siquiera ante la ausencia.