El consumo de drogas en México está adquiriendo una nueva dimensión de riesgo, tras la confirmación de la presencia de xilazina, un sedante veterinario, en sustancias ilícitas como heroína y fentanilo. Esta droga, también conocida como "tranquilizante de caballo", está siendo mezclada en el mercado negro debido a su bajo costo y su efecto prolongado, lo que agrava la ya existente crisis de sobredosis.
La xilazina, utilizada en animales como caballos y vacas, es particularmente peligrosa en humanos. Además de los riesgos asociados con la adicción y la sobredosis, esta sustancia puede provocar llagas y necrosis en la piel, hasta llegar a la amputación de extremidades en consumidores de alto riesgo. A diferencia de los opioides, la xilazina no responde al tratamiento con naloxona, lo que limita las opciones de rescate en casos de emergencia, aumentando las tasas de mortalidad entre los consumidores.
Las autoridades mexicanas están redoblando esfuerzos para alertar al público y mejorar la vigilancia en puntos críticos del tráfico de drogas, especialmente en zonas de frontera como Mexicali y Tijuana, donde el cruce hacia Estados Unidos también representa una problemática internacional. En estas regiones, la xilazina se ha identificado como uno de los componentes que fortalecen el "efecto letal" en la mezcla con otras sustancias ilegales, generando preocupación tanto en México como en Estados Unidos.
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