Hezbollah lanzó un ataque con misiles Katyusha al norte de Israel en solidaridad con el pueblo palestino y Hamas. La acción respondió a ataques previos israelíes en Kfar Kela y Deir Siriane, donde hubo civiles heridos.
En este contexto de creciente tensión, Hezbollah amplió su lista de objetivos, incluyendo el asentamiento de Beit Hilleil, que bombardeó por primera vez. El Ejército israelí, mediante la Cúpula de Hierro, interceptó la mayoría de los misiles, aunque algunos causaron incendios al impactar en tierra.
Horas antes, Israel confirmó la muerte de Nazih Abed Ali, un importante miembro de Hezbollah, en Bazuriya. Esta eliminación se consideró un golpe significativo para el grupo. Además, en un ataque aéreo en Beirut, Israel mató a Fuad Shukr, alto comandante de Hezbollah, responsable de un ataque en Majdal Shams que dejó 12 niños muertos.
Las tensiones se agravaron con amenazas de Irán tras la muerte de Ismail Haniye, un alto mando de Hamas, en Teherán, hecho atribuido a Israel. Ante esto, Israel se mantiene en máxima alerta, confiando en su capacidad de defensa y contraataque, según el portavoz del Ejército, Daniel Hagari.
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