La industria automotriz en México ha puesto los ojos en Olinia, el primer auto eléctrico que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum busca impulsar. Pero no se trata solo de lanzar un coche al mercado, la apuesta es mucho más ambiciosa: una política integral de electromovilidad que podría cambiar la forma en que nos movemos.
Con entusiasmo, representantes de la industria respaldaron el proyecto, pero también pidieron que venga acompañado de incentivos para fabricar más vehículos eléctricos y, sobre todo, de infraestructura para que realmente se pueda usar en todo el país.
"Nos gusta el enfoque que tiene el Gobierno de la República, ahora hay que trabajar en todos los componentes", señaló Rogelio Garza Garza, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMDA). En otras palabras, no basta con tener autos eléctricos si no hay suficientes puntos de recarga o incentivos para que más personas puedan comprarlos.
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), en voz de su presidente Guillermo Rosales Zarate, fue aún más clara: "Estamos convencidos de que puede ser un proyecto exitoso y queremos ser parte de ello". Tanto así, que ya han solicitado reuniones con Roberto Capuano, el encargado del proyecto Olinia, para compartir información clave sobre los consumidores mexicanos.
Actualmente, México ya produce cinco modelos de autos eléctricos. Solo en 2024 se fabricaron más de 169 mil unidades, lo que representa un crecimiento de casi 60% respecto al año anterior. Y aunque las cifras son prometedoras, aún hay retos por delante.
Gabriel Padilla Maya, director de la Industria Nacional de Autopartes, subrayó que este proyecto también debe beneficiar a la industria de autopartes. "A través de una colaboración estratégica podemos maximizar beneficios económicos, tecnológicos y sociales", afirmó.
Pero no todo es glamour tecnológico. Los expertos advierten que se necesita un ecosistema completo para que la transición funcione. Esto incluye más puntos de recarga, incentivos para la fabricación de autos eléctricos y hasta una revisión de las políticas sobre los llamados "autos chatarra" importados de Estados Unidos, que, según Rosales Zárate, solo aumentan la contaminación.
Para la AMDA, INA y la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, el eje central de esta transición debe ser el transporte público. En pocas palabras, antes de electrificar los autos particulares, se debe priorizar una flota de transporte público limpia y eficiente.
¿Estamos listos para ver a Olinia en las calles? Los números dicen que México tiene potencial, pero como lo han señalado los líderes de la industria, esto no es solo cuestión de lanzar un coche eléctrico, sino de transformar todo un sistema de movilidad. El Plan Nacional de Desarrollo será clave para definir si este sueño eléctrico se convierte en una realidad o si se queda como un bonito proyecto más en el papel.
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