El Super Bowl LIX tenía todos los ingredientes para convertirse en una épica batalla entre dos potencias de la NFL, pero lo que ocurrió en el Superdome de Nueva Orleans fue una auténtica exhibición de dominio por parte de los Philadelphia Eagles. Con una actuación casi perfecta, los de Filadelfia borraron del mapa a los Kansas City Chiefs y les arrebataron el sueño del tricampeonato con un aplastante 40-22.
Desde el primer cuarto, los Eagles salieron decididos a marcar territorio y lo lograron con un pase quirúrgico de Jalen Hurts de 27 yardas a Jahan Dotson, seguido por una anotación terrestre del propio Hurts que encendió a su equipo. Mientras tanto, los Chiefs, liderados por un Mahomes irreconocible, empezaban a hundirse en su propia pesadilla. Un gol de campo de Jake Elliott y una serie de errores garrafales de Kansas City desataron el caos. Primero, dos capturas seguidas al mariscal de campo de los Chiefs y, acto seguido, un pase que terminó en manos del novato Cooper DeJean, quien no perdonó y se llevó el ovoide 38 yardas hasta la zona de anotación.
El desconcierto de Kansas City se transformó en auténtica desesperación a dos minutos del descanso, cuando Mahomes lanzó otra intercepción fatal a sólo 14 yardas de su propia zona de anotación. Los Eagles no dejaron pasar la oportunidad y Hurts conectó con A.J. Brown para ampliar la ventaja a un humillante 24-0 antes del medio tiempo. La tensión en la banca de los Chiefs era evidente. Incluso la leyenda Tom Brady, presente en el estadio en su debut como analista de Fox, vio cómo el partido se encaminaba hacia un desenlace inevitable. Solo él había logrado una remontada más grande en la historia del Super Bowl, pero esta vez la historia no iba a repetirse.
La segunda mitad se convirtió en una clase magistral de los Eagles. Hurts dejó claro que la revancha estaba en su agenda y lanzó un espectacular pase de 46 yardas a DeVonta Smith para poner el marcador en un escalofriante 34-0. Las cámaras captaron la desesperación de Mahomes y Travis Kelce en la banca, resignados ante lo que parecía una pesadilla de la que no podían despertar. Con el partido sentenciado, los Chiefs intentaron salvar algo de dignidad con dos touchdowns de Xavier Worthy y otro de DeAndre Hopkins en los minutos finales, pero el daño ya estaba hecho.
El golpe para Kansas City es devastador. Mahomes no solo perdió la oportunidad de alcanzar las cuatro coronas de Joe Montana, sino que firmó una de sus actuaciones más erráticas en un escenario donde solía brillar. Para los Eagles, en cambio, este título significa mucho más que un trofeo: es la redención tras la dolorosa derrota de 2023. Filadelfia rugió con fuerza en Nueva Orleans y dejó claro que esta vez la gloria les pertenecía a ellos.
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