Enero llega con una lista de metas que suenan increíblemente bien: dejar de fumar, perder peso, empezar a leer más, pasar tiempo de calidad en familia… Sin embargo, para febrero, la mayoría ya han quedado en el olvido. ¿Por qué nos cuesta tanto cumplir esos propósitos? La respuesta podría estar en cómo los planteamos.
Victoria Orbe, psicóloga de El Prado Psicólogos, asegura que el problema empieza en la manera en que definimos nuestras metas. Muchas veces, estas son demasiado generales, abstractas y carentes de un plan específico: "Plantear los propósitos como un deseo en lugar de una meta concreta es el principal error", explica. Decir “quiero estar en forma” suena genial, pero ¿cómo planeas lograrlo?
Además, solemos caer en un exceso de ambición. Intentar cambiar todo a la vez o proponer metas que no encajan con nuestra realidad cotidiana es un boleto seguro al fracaso. Por ejemplo, plantearte ir al gimnasio todos los días cuando nunca has hecho ejercicio es poco realista.
Otro obstáculo frecuente es no comprometerse verdaderamente. Orbe señala que la falta de recompensa tras alcanzar los objetivos y no compartirlos con otras personas contribuyen a abandonar las metas rápidamente. Es fácil rendirse cuando los resultados no son inmediatos o cuando no tenemos a alguien que nos anime o nos haga responsables.
Para evitar que el ciclo se repita este año, la psicóloga recomienda seguir la metodología SMART al establecer propósitos: metas específicas, medibles, alcanzables, realistas y con un plazo definido. Por ejemplo, en lugar de “ahorrar más”, propón ahorrar $500 al mes. En vez de "hacer ejercicio", comprométete a caminar 30 minutos tres veces por semana.
Además, algunas estrategias pueden marcar la diferencia:
Escribe tus metas. Ponerlas por escrito crea un compromiso más fuerte contigo mismo.
Comparte tus propósitos con amigos o familiares. Tener apoyo hace más fácil mantenerte enfocado.
Celebra tus logros. Una pequeña recompensa puede reforzar positivamente el nuevo hábito.
Sé flexible y paciente. No lograr un objetivo un día no significa que hayas fallado. Los hábitos toman tiempo en consolidarse.
Finalmente, reflexiona sobre tus objetivos y pregúntate si realmente son importantes para ti o si los estás imponiendo sin pensar en tus circunstancias. ¿Quieres cambiar algo por deseo propio o porque “es lo que todos hacen”?
Este año, transforma tu lista de propósitos en un plan de acción realista. ¡Es momento de romper el ciclo y empezar el año alcanzando metas que realmente importan!
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