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¿Por qué tener un hobby es bueno para tu salud?

  • guizarnoehmi
  • 8 abr
  • 2 Min. de lectura

Cuando la cabeza está saturada, el cuerpo tenso y el corazón agobiado, lo último que uno quiere es que le digan “relájate”. Suena a burla. Vivimos tiempos donde la ansiedad se volvió parte de la cotidianidad, donde las notificaciones no paran y donde parece que no hay espacio para simplemente estar. Sin embargo, existe una salida que no requiere apps de meditación ni membresías premium: se llama creatividad. Y no, no necesitas ser artista para practicarla.


En un mundo hiperconectado y saturado de información, los hobbies creativos están dejando de ser vistos como simples pasatiempos. Pintar, escribir, tocar un instrumento, coser, bailar o incluso modelar cerámica están cobrando un nuevo valor: se están transformando en herramientas de salud mental. Así lo aseguran diversos estudios citados por GQ y especialistas en bienestar emocional, que comparan los efectos de estos hobbies con los de una buena terapia o una rutina de ejercicio constante.


¿La clave? Cuando creas algo con tus manos, tu mente también se reordena. No es magia, es enfoque. Al pintar un cuadro, escribir un poema o tocar unos acordes, tu atención se concentra en el presente, ese lugar escurridizo que la ansiedad siempre intenta sabotear. Según expertos en psicología, estas actividades nos desconectan del ruido externo y nos conectan con nosotros mismos. Y eso, en estos días, es un lujo emocional.


A diferencia del ocio pasivo —como ver series en automático o scrollear sin parar—, los hobbies creativos implican acción, intención y, sobre todo, presencia. Y eso se traduce en beneficios físicos y mentales reales. La Clínica Mayo, por ejemplo, resalta que la música, en todas sus formas, reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y relaja la tensión muscular. Algo tan simple como escuchar una canción que nos mueve puede hacer la diferencia en un día gris.


Pero esto va más allá de sentirse bien un rato. Los efectos positivos se acumulan. Crear puede ayudarte a combatir la tristeza, la irritabilidad o ese cansancio emocional que parece no irse con el descanso. En medio de una crisis personal o un bajón emocional, animarse a escribir unas líneas, bordar unas puntadas o capturar una foto con sentido puede ser un primer paso hacia la reconstrucción interior. A veces, basta con crear algo pequeño para empezar a sentir que todavía puedes.


Entre las actividades que más impacto tienen destacan pintar o dibujar —porque expresarse sin palabras muchas veces alivia más que hablar—, escribir en un diario o componer historias, coser o bordar con sus movimientos repetitivos que inducen a una especie de meditación activa, tocar música (aunque sea una sola nota bien sentida) y la fotografía, que te obliga a mirar el mundo con otros ojos.


¿Y si no eres bueno en ninguna? No importa. La clave no está en el resultado, sino en el proceso. Crear por el simple hecho de hacerlo. Sin likes, sin validación, sin metas de productividad. Solo tú, tu mente y el momento presente.


En una era donde todo se mide en eficiencia, productividad y resultados, dedicarte a un hobby sin esperar nada a cambio puede parecer inútil. Pero en realidad, es un acto radical de autocuidado. De resistencia emocional. De pausa necesaria.


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