Trump mueve sus fichas: busca aliviar la tensión comercial con México y Canadá
- guizarnoehmi
- 6 mar
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El tablero del comercio internacional se sacude una vez más con las decisiones de Donald Trump. A solo un día de imponer un arancel del 25 % a las importaciones de México y Canadá, el presidente de Estados Unidos ya está considerando hacer excepciones para ciertos productos agrícolas. ¿Un intento por calmar las aguas? Todo indica que sí, y no es casualidad que la medida llegue justo cuando la presión de la industria automotriz y agroalimentaria se intensifica.
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, confirmó que el gobierno estadounidense está evaluando exenciones para productos clave como la potasa y los fertilizantes, esenciales para mantener en marcha la producción agrícola en su país. "Todo está sobre la mesa", aseguró en una entrevista, dejando claro que la administración de Trump busca un equilibrio entre su discurso proteccionista y la realidad económica que enfrenta el sector primario.
La movida no es menor. Los aranceles han encendido las alarmas en la industria, desde distribuidores hasta restaurantes y autoservicios, que ven en el aumento de precios un riesgo para la demanda. México, el mayor comprador de productos como maíz, trigo, soya, arroz, cerdo, pollo y leche de EE.UU., ya advirtió que no se quedará de brazos cruzados. Juan Carlos Anaya, director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas, advirtió que si el gobierno mexicano decide tomar represalias, el golpe para la agroindustria estadounidense podría ser devastador.
El impacto también es fuerte del otro lado de la frontera. La Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas de México alertó sobre el riesgo de un colapso en la seguridad alimentaria del país y la posible pérdida de más de 200 mil empleos en el sector. Productos estrella de exportación como el aguacate, tomate y berries podrían quedar atrapados en el fuego cruzado de esta guerra comercial.

Pero no solo la agricultura está en la mira. El sector automotriz también ha sido parte del vaivén de medidas. Trump decidió otorgar una prórroga de un mes antes de aplicar los nuevos aranceles a los autos provenientes de México y Canadá, una jugada que responde directamente a las presiones de las empresas asociadas al T-MEC. Karoline Leavitt, secretaria de prensa de la Casa Blanca, reconoció que la decisión busca evitar una disrupción inmediata en la industria.
El panorama económico se complica con cada movimiento. Fitch Ratings advirtió que las nuevas tarifas impuestas por EE.UU. deterioran aún más el entorno empresarial para las compañías mexicanas, afectando a sectores clave como la manufactura y el automotriz. Empresas con calificaciones crediticias ya debilitadas podrían enfrentar un golpe difícil de sortear.
César Ocaña, director de NexusAgronegocios, fue contundente: si México no reacciona a tiempo, el impacto económico será de gran magnitud. Su llamado es claro: diversificar mercados y fortalecer la producción interna para reducir la dependencia de EE.UU.
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